
En el estado de Nuevo León, especialmente en la ciudad de Monterrey, los habitantes acudieron en gran número a los panteones para honrar a sus madres fallecidas con anticipación al Día de las Madres. Los panteones De Dolores y El Carmen fueron algunos de los lugares más concurridos, donde familias enteras se reunieron para rendir homenaje a las mujeres que les dieron la vida.
Durante estas visitas, se observó que las familias llevaban ramos de rosas y arreglos florales para decorar las tumbas de sus seres queridos. Este gesto anual es una tradición profundamente arraigada en la cultura local, donde los regios demuestran su respeto y amor hacia las madres que ya no están con ellos.
La celebración del Día de las Madres en los panteones se caracterizó por un ambiente emotivo y de recuerdo, con los recorridos y la entrega de flores siendo elementos centrales de la conmemoración. Esta práctica anual refleja la importancia que se le da a la memoria y el legado de las madres en la comunidad.