
Autoridades estatales de Nuevo León realizaron la suspensión de un tiradero clandestino de llantas en el municipio de Cadereyta. Este operativo fue encabezado por la Procuraduría Estatal de Medio Ambiente y contó con el apoyo de elementos de Fuerza Civil, el Fideicomiso de Desarrollo Urbano (FIDEURB) y del Sistema Integral para el Manejo Ecológico y Procesamiento de Desechos (SIMEPRODE).
En el predio, ubicado sobre la avenida Benito Juárez, se localizaron aproximadamente 1,000 llantas apiladas estratégicamente para su incineración. La quema de estos neumáticos tenía el fin de extraer el alambre, que posteriormente sería vendido en la clandestinidad. Esta práctica generaba incendios en predios aledaños y representaba un riesgo significativo para la calidad del aire y el suelo de la región.
La Procuraduría Estatal de Medio Ambiente impuso medidas de seguridad, incluyendo la suspensión total de actividades y el aseguramiento precautorio de los materiales, para prevenir daños ambientales. Esta acción refleja el compromiso del Gobierno del Estado en mantener una estrategia coordinada e interinstitucional para prevenir daños ambientales severos.