
El papa Francisco firmó una carta de renuncia preventiva al inicio de su pontificado en 2013, un documento que quedaría efectivo si sufriera un impedimento grave por cuestiones médicas. Durante una entrevista en 2022 con el diario español ABC, el papa reveló que había firmado esta carta y la había entregado al entonces secretario de Estado del Vaticano, Tarcisio Bertone, con la instrucción de que la utilizaran en caso de que su salud empeorara hasta el punto de impedirle ejercer sus funciones.
Esta carta, similar a las firmadas por otros papas como Pablo VI y Pío XII en casos de impedimento permanente, se encuentra actualmente en manos del sucesor de Bertone, el cardenal Pietro Parolin.
Actualmente, el papa Francisco, de 88 años, se encuentra hospitalizado desde el 14 de febrero debido a una bronquitis por infección polimicrobiológica y neumonía bilateral. Aunque la Santa Sede informó que su salud ha experimentado una leve mejoría , con parámetros hemodinámicos estables y sin fiebre, la posibilidad de su renuncia no ha sido descartada por los funcionarios del Vaticano.
Durante su hospitalización, el papa ha continuado con algunas de sus responsabilidades, recibiendo la eucaristía y dedicándose a actividades laborales. Sin embargo, la complejidad de su cuadro clínico y su avanzada edad mantienen las especulaciones sobre su capacidad para seguir al frente de la Iglesia Católica.