
La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, convocó a su gabinete a una nueva reunión en el Palacio Nacional para afinar la estrategia del gobierno mexicano ante los aranceles impuestos por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump. Estos aranceles, que incluyen un 25% para las mercancías de México y Canadá, y un 10% para las de China, habían sido anunciados por Trump y estaban programados para entrar en vigencia el 4 de febrero.
Sheinbaum rechazó categóricamente las acusaciones de que el gobierno de México tenga alianzas con el crimen organizado y propuso un diálogo con Trump. En respuesta a las medidas arancelarias, Sheinbaum instruyó al secretario de Economía, Marcelo Ebrard, para implementar el plan B que habían estado trabajando, aunque no se han revelado los detalles de este plan.
La reunión del domingo fue la tercera en días consecutivos y contó con la participación de los titulares de las secretarías de Relaciones Exteriores, Economía, Medio Ambiente y Recursos Naturales, Hacienda, Gobernación, y Agricultura y Desarrollo Rural.
Posteriormente, después de una conversación con Trump, Sheinbaum anunció que los aranceles estadounidenses contra México serían pospuestos por un mes. Como parte del acuerdo, México se comprometió a reforzar la frontera norte con 10,000 elementos de la Guardia Nacional para evitar el tráfico de drogas, especialmente fentanilo. A su vez, Estados Unidos se comprometió a trabajar para detener el tráfico de armas de alto poder a México.
Ambos países acordaron mantener el diálogo y iniciar trabajos en las áreas de seguridad y comercio, con negociaciones encabezadas por altos funcionarios de ambos gobiernos. Trump confirmó que las conversaciones estarán lideradas por el Secretario de Estado, Marco Rubio, el Secretario del Tesoro, Scott Bessent, y el Secretario de Comercio, Howard Lutnick, junto con representantes de alto nivel de México[2][3][4].