SpaceX logró el sexto lanzamiento exitoso de su cohete Starship, con la presencia del presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump. El lanzamiento ocurrió el 19 de noviembre desde la base de SpaceX en Boca Chica, Texas, cerca de la frontera con México.
Trump y Elon Musk estuvieron presentes en la sala de control y luego observaron el lanzamiento desde el exterior de Starbase. Trump, protegiéndose del sol con una gorra roja con el eslogan ‘Make América Great Again’, vio el viaje del cohete, el más grande construido hasta la fecha, que aterrizó intacto en el océano Índico una hora después de su lanzamiento.
Aunque el Starship perdió parte del material protector durante el descenso, logró aterrizar intacto. En esta ocasión, los ingenieros de SpaceX decidieron no intentar recuperar el cohete propulsor, conocido como Super Heavy, y en su lugar lo dejaron caer sobre el Golfo de México. En el lanzamiento anterior, el 13 de octubre, el Super Heavy había sido capturado con la ayuda de una grúa llamada «chopsticks».
El Starship aspira a convertirse en el primer servicio privado que llegue a la Luna y Marte, estableciendo presencias permanentes y colonias en esos planetas. Si logra las certificaciones de la NASA, formará parte de la misión Artemis III, prevista para 2026.
Varios grupos ambientalistas han criticado los lanzamientos del Starship desde Boca Chica debido a la cercanía a un parque nacional y refugio de vida silvestre, y han pedido al Gobierno federal que prohibiera los lanzamientos por no evaluar adecuadamente el impacto ambiental.
Musk, quien dio apoyo financiero y político a la candidatura de Trump, liderará una iniciativa para reducir la «burocracia» federal en el nuevo Departamento de Eficiencia Gubernamental, que comenzará a operar cuando Trump asuma la presidencia el 20 de enero.