Ucrania ha lanzado por primera vez misiles ATACMS de fabricación estadounidense contra objetivos en Rusia, lo que ha sido visto como una significativa escalada en el conflicto entre Ucrania y Rusia.
– Solo 48 horas después de que Joe Biden levantara el veto sobre el uso de estos misiles, los militares ucranianos atacaron el centro logístico 1046, un arsenal de munición en el oblast ruso de Briansk, que abastece el esfuerzo ruso en el territorio en disputa de Kursk[3].
– Este ataque ha superado una de las «líneas rojas» trazadas por Vladimir Putin. Seis misiles en total fueron lanzados desde el lado ucraniano, aunque Moscú afirmó que no causaron daños significativos. Sin embargo, videos grabados por vecinos del polvorín mostraron un gran hongo de fuego, contradiciendo la versión oficial del Kremlin[3].
– El ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, prometió una respuesta «adecuada» al lanzamiento de los misiles estadounidenses y denunció la implicación de Washington en estos ataques. Lavrov indicó que el uso de misiles de largo alcance desde Ucrania hacia territorio ruso significaría que son operados por expertos militares estadounidenses, lo que se consideraría una nueva fase de la guerra occidental contra Rusia[3].
– Putin firmó una nueva doctrina nuclear rusa que permite responder a un bombardeo con armas convencionales en su territorio con armamento atómico. Esta doctrina reduce el umbral para el uso de armas nucleares[3][5].
– Los expertos en armas nucleares señalan que la escalada atómica tendría sus propias pautas, incluyendo movimientos en los arsenales y posiblemente una prueba atómica en un lugar deshabitado antes de cualquier lanzamiento de ataque en Ucrania[3].
– La colaboración entre Ucrania y Occidente es cercana, con el Pentágono identificando objetivos rusos mediante satélites y personal estadounidense en el terreno recopilando y transmitiendo coordenadas a Kiev para los lanzamientos de misiles[3].