
China anunció que reducirá de manera moderada el número de películas estadounidenses que se difunden oficialmente en su territorio, como parte de sus medidas de represalia contra los aranceles impuestos por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump.
Este anuncio follows la decisión de Trump de elevar los aranceles a las importaciones chinas a un 125%, lo que ha escalado la guerra comercial entre ambos países. China, a su vez, impuso aranceles de represalia del 84% a sus importaciones procedentes de EE.UU.[2][3][5].
Un portavoz de la Autoridad Cinematográfica de China indicó que los aranceles de Washington inevitablemente reducirán el atractivo de las películas estadounidenses para el público chino . La Administración de Cine de China afirmó que seguiremos las reglas del mercado, respetaremos las preferencias del público y reduciremos moderadamente el volumen de importación de películas estadounidenses [2][3][5].
China, que es el segundo mercado cinematográfico más grande del mundo, ha limitado tradicionalmente el número de películas extranjeras que se exhiben oficialmente en sus cines mediante un sistema de cuotas. Aunque las películas de Hollywood solo representan el 5% de la taquilla total en China, esta medida podría suponer un revés financiero para los estudios de Hollywood, ya que China es un mercado crucial para sus superproducciones[1][2][3].
Además de la reducción en la importación de películas, China también ha impuesto controles de exportación a 12 empresas estadounidenses y añadió otras seis firmas estadounidenses a su lista de entidades no fiables como parte de sus represalias[2][3].
La guerra comercial entre las dos mayores economías del mundo ha generado una alta volatilidad en los mercados y ha provocado crecientes peticiones internacionales de contención. China ha insistido en que no desea una guerra comercial, pero que no teme enfrentarla si es necesario [3].