
México y Estados Unidos enfrentan una grave tensión en su relación debido a la sequía y el incumplimiento del Tratado de la Distribución de Aguas de 1944. Esta sequía afecta más de 3,000 km de frontera compartida, una de las regiones con mayor estrés hídrico del planeta, con niveles de estrés hídrico entre 40 y 80%[3].
Tratado de Aguas de 1944
El tratado establece la distribución equitativa del agua de los ríos Colorado y Bravo. Estados Unidos debe entregar anualmente 1,850 millones de metros cúbicos de agua del río Colorado, mientras que México debe entregar 432 millones de metros cúbicos del río Bravo en ciclos de cinco años prorrogables por otros cinco[3].
Incumplimiento y Consecuencias
México adeuda 1,555.9 millones de metros cúbicos, el 72% de lo que debe entregar para octubre de 2025, según la Comisión Internacional de Límites y Aguas (CILA). Esta deuda se atribuye a una sequía extraordinaria que ha afectado la cuenca del río Bravo durante 20 años, alcanzando niveles extremos en octubre de 2023[1][3].
Reacciones y Medidas
Estados Unidos denegó una solicitud de México para entregar agua del río Colorado a Tijuana debido a las continuas deficiencias en las entregas de agua por parte de México. Agricultores y congresistas estadounidenses se quejan de que México cumple con sus obligaciones solo al final de cada ciclo y en los últimos años ha quedado corto[1][3].
Impacto en la Agricultura y la Población
La sequía y el incumplimiento del tratado están diezmando la agricultura estadounidense, especialmente en el valle del río Grande en Texas. El río Colorado abastece a más de 44 millones de personas, siete estados estadounidenses y dos mexicanos, 29 pueblos originarios y 2.2 millones de hectáreas agrícolas. El río Bravo, por su parte, abastece a 15 millones de personas, 22 pueblos originarios, tres estados de EU y cuatro en México, y 1.2 millones de hectáreas agrícolas[3].
Futuro y Previsiones
Especialistas advierten que las previsiones para los próximos 10 a 25 años no son alentadoras debido al cambio climático, el crecimiento demográfico y las actividades económicas. La sequía es descrita como lenta e insidiosa, lo que dificulta su percepción pero aumenta su gravedad[3].