
Ucrania está considerando aceptar un alto el fuego de 30 días con Rusia, según informes recientes. Esta consideración surge después de que la administración de Donald Trump anunciara que levantará inmediatamente la suspensión de la ayuda militar y el intercambio de inteligencia con Kiev.
La Unión Europea ha reiterado su fuerte apoyo a Ucrania, con la alta representante de la UE para Asuntos Exteriores y de Seguridad, Kaja Kallas, pidiendo en el Consejo de Seguridad de la ONU un apoyo global a Ucrania, enfatizando que el país no quiere ser parte de Rusia y merece decidir su propio futuro [4].
En una cumbre reciente en Bruselas, los líderes de la UE respaldaron una propuesta para movilizar hasta €800.000 millones para financiar el rearme del bloque, con el objetivo de fortalecer la defensa europea y proporcionar una mayor capacidad de disuasión, lo que también beneficiaría a Ucrania[2].
La situación remains tensa, con Rusia manteniendo una postura hostil y Estados Unidos adoptando una posición más distante respecto a la seguridad de Ucrania, sugiriendo que Europa debe asumir un papel más activo en garantizar la paz y seguridad en el continente[4].
La UE ha sido clara en que la paz depende de las acciones de Rusia, insistiendo en que la guerra puede terminar si Rusia retira sus tropas y deja de bombardear Ucrania[4].